Así como en el Football… así como en la Danza…

Comentario para La pelota de Lucía Di Salvo.

Para serles completamente sincero el Football, deporte de índole nacional, patrimonio cultural que despierta pasiones en lo personal no me genera ningún tipo de emoción, pero el elenco de “La pelota” pareciera ser tomado durante 50 minutos y no soltado hasta agotar sus posibles despliegues escénicos.

Recurriendo al recurso estilístico en el cual se desmenuza un relato-una imagen-una unidad de sentidos, en este caso el fútbol pero también podría ser el malambo (como fue en el caso de la obra "¡Adentro!" de Diana Szeinblum estrenada en el marco de Tres danzas argentinas en el Teatro de la Ribera 2016), y partiendo de sus núcleos más relevantes para desarrollar pautas de movimiento, “La pelota” consigue interesarnos a aquellos que el fútbol “ni chicha ni limonada”.

A partir de las habilidades físicas de lxs interpretes y apostando a la exaltación de ese exhibicionismo es que se produce una transmutación de locaciones, el escenario ahora es una cancha y los intérpretes son circunstancialmente jugadores o hinchas (a veces también barrabravas); quizás la potencia del relato se halle en la tesis de que no hay adentro ni afuera en el balón-pié que todos los involucrados parecieran estar aunados por hilos, que todos están en comunión.

Los cuerpos de “La pelota” parecieran estar sometidos a un régimen que los exhorta a moverse como si el gesto pudiese escapar de sí mismo la mayor parte de la obra con excepción de momentos donde el control se vuelve tan evidente y necesario que choca inclusive con las propias reglas del juego antes presentadas.

El mayor riesgo de la obra es balancear la cantidad de balón-pié por la cantidad de danza, es decir medir el grado de abstracción vs figuración que la dramaturgia y la interpretación ponen en juego; al igual que actualizar los sentidos pautados en un pasado (coreografía) para no caer en la repetición vaciada de sentido y de emoción.

A esto debemos decir que “La pelota” consigue casi todo el tiempo entretenernos con respuestas no automatizadas (disparatadas y divertidas) y respecto de su objetivo de experimentación tenemos que señalar que logran su meta.